Lucio Sicio Dentato (en latín, Lucius Siccius
Dentatus; 514 a. C.?-450 a. C.?) fue un militar y político romano del siglo V
a. C. Ocupó el cargo de tribuno en el 454 a. C., y estaba considerado como el soldado
más valiente de Roma, siendo conocido como "el Aquiles romano".2
Su cognomen Dentatus significaba "nacido con
dientes".
De origen plebeyo, inició su carrera militar a los 17
años, y durante sus más de 40 años de servicio participó en 120 batallas y fue
herido 45 veces ( ninguna de ellas en la espalda), matando a unos 300 soldados
enemigos.
Recibió innumerables condecoraciones al valor, si
bien las cifras exactas difieren según las fuentes. Algunos autores hablan de
170 condecoraciones, mientras otros elevan aún más esa cifra. Según el relato
de Dionisio de Halicarnaso, se trataría de 14 coronas civiles, coronas murales,
y 8 coronas más; 83 tiaras de oro; 160 brazaletes de oro; 18 lanzas y otras 25
condecoraciones más (quizás guirnaldas). También, según Plinio el Viejo, fue
condecorado con la Corona gramínea; la más alta condecoración militar romana,
concedida únicamente en 9 ocasiones en toda la historia de Roma.
En
la antigüedad, era normal la práctica del duelo, aunque con el tiempo el
orgullo y el honor pasaron a segundo plano dando paso sólo a la astucia, la
táctica y lo más codiciado por los romanos: el botín de guerra. Los duelos se
realizaban para evitar que dos tropas se enfrentasen. Un ejemplo de ésta puede
ser la historia de Tito Manlio Torcuato y su legendario duelo contra el gigante galo o bien pueden mirar la escena de la
película de Troya (2004)
en donde veréis el típico enfrentamiento entre dos ejércitos pero que no
intercambian ningún tipo refriega, sólo deciden la batalla con un duelo entre los dos hombres más fuertes. Si
tu campeón caía, el resto del ejército se desmoralizaba y abandonaba el campo.
Lucio en sus campañas de guerra participó en 120 duelos,
los cuales sobrevivió a todos y no sólo eso: no tenía cicatrices en la espalda, todas
en la zona frontal lo cual le añadía, según los cánones romanos, más admiración
todavía.
Hay varios libros que destacan este detalle de las cicatrices y no me
extrañaría en nada que se alabe semejante marca. Un soldado sin cicatrices
probablemente entre los romanos podía significar sólo una cosa: nunca se había
enfrentado ni matado a nadie. Un soldado romano que sólo tenía cicatrices en su
cara, pecho y brazos probablemente podría significar una cosa: era
una máquina de luchar.
En pocas palabras: enfrentarte a Lucio Sicio Dentatus era
sinónimo de querer morir. Esta facilidad para acabar con el enemigo tanto en
duelos como en formación le forjó una gran reputación. Lamentablemente, por la
época en que vivía y las pocas referencias que tenemos de diferentes autores es
complicado poner a tal personaje a la altura de otros que fueron más ricos, por
lo tanto, con más posibilidades de trascender mediante libros.
Pese a ser todo un icono militar, Dentato fue también
conocido por su defensa en favor de la igualdad entre patricios y plebeyos.
Murió en torno a los 60 años de edad, presuntamente
asesinado por los hombres del decenviro Apio Claudio, debido a sus
discrepancias políticas con los decemviros. Según se cuenta, de los 25 hombres
que fueron a matarle, sólo 10 salieron ilesos.
Para paliar la indignación popular que suscitó su
asesinato, en Roma se celebró un funeral de estado con todos los honores. Sin
embargo, el decemvirato caería poco tiempo después, en el 449 a. C.
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