Los ojos de Vercingetórix siempre buscaban a César, que seguía montado a caballo y continuaba llevando aquella capa escarlata y ese fajín rojo rodeando su vientre, símbolo de su elevado imperium romano, trotando por todas partes muy atareado. ¡Qué soberbio artífice! La victoria era suya, pero estaban reparando las brechas en el perímetro romano, estaban preparando todo por si se producía otro ataque. Sus legiones lo habían vitoreado. En medio del gran esfuerzo que estaban haciendo, acosados por todas partes, lo habían vitoreado.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
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miércoles, 30 de julio de 2014
EL SITIADO Y DESESPERADO VERCINGETÓRIX OBSERVANDO A CÉSAR DESDE LA ATALAYA DE LA SITIADA ALESIA
Los ojos de Vercingetórix siempre buscaban a César, que seguía montado a caballo y continuaba llevando aquella capa escarlata y ese fajín rojo rodeando su vientre, símbolo de su elevado imperium romano, trotando por todas partes muy atareado. ¡Qué soberbio artífice! La victoria era suya, pero estaban reparando las brechas en el perímetro romano, estaban preparando todo por si se producía otro ataque. Sus legiones lo habían vitoreado. En medio del gran esfuerzo que estaban haciendo, acosados por todas partes, lo habían vitoreado.
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